El cardenal Carlos Castillo, durante su
homilía en la Misa y Te Deum por Fiestas Patrias realizada este lunes, emitió
una aguda reflexión acerca del panorama político tanto nacional como
internacional.
Ante la presencia de la presidenta de la
república Dina Boluarte, del titular del Congreso José Jerí, de la presidenta
del Poder Judicial Janet Tello y de otras altas autoridades del Estado, recordó
los primeros días de la república en los que destacó la figura de Francisco
Xavier de Luna Pizarro, arzobispo de Lima y presidente del Congreso desde 1822,
y cómo la democracia defendida por el pueblo peruano se opuso a los dictadores.
"La actitud dictatorial y mandona
viene de personas sin vocación entrañable, quizá por eso el sujeto dirigencial
se forjó sin vocación democrática, primando más los intereses particulares que
el amor entrañable en favor de todos, pero aun así el anhelo democrático anidó
en el pueblo sencillo que amó la unidad del Perú", destacó Castillo.
"Es verdad que, a veces, un
gobierno fuerte es remedio transitorio ante el peligro de la anarquía o la
pérdida de la independencia lograda, pero solo la estabilidad y el respeto a la
autodeterminación de los pueblos y a su gestión democrática, con la más amplia
participación, es lo que asegura una patria de digno futuro", agregó.
"Una amplia capa de dirigencia
nacional vive a espaldas de la mayoría y solo
ve su propio interés"
Tras recordar los días de la incipiente
república peruana, abordó el presente de la realidad nacional. En ese sentido,
indicó que "hoy un pueblo nos interpela, nos habla, incluso nos exige y
nos grita sus derechos y cuestiona nuestros comportamientos
distorsionados".
"Nuestro pueblo peruano nos llama a
levantarnos para ir corriendo a ayudarlo, renunciando a diferentes ambiciones y
costumbres injustas. Cuando lo hace, no todos lo sabemos comprender
adecuadamente, pensamos demasiado rápido que lo que hay es una sedición. En la
mayoría de los casos son justos reclamos, con la necesidad de amparo ante la
extorsión y el asesinato vil. Gracias a Dios que nuestro pueblo no calla porque
es un pueblo digno, consciente de que la república es para todos",
resaltó.
En esa línea, Castillo acotó que la
"anarquía" no surge de los "reclamos" populares, sino de la
falta de atención a los mismos. Además, remarcó que gran parte de la
"dirigencia nacional" permanece "de espaldas" a las
demandas de la mayoría.
"Desde esos movimientos que surgen,
por todos lados se va generando un nuevo consenso nacional. La anarquía no es
resultado de los justos reclamos de la población, sino de las acciones de
dirigencias que han ido eliminando su vocación de servicio y tomando decisiones
sin justicia, ni equidad ni moral", aseveró.
"No contribuyamos a que surja la
anarquía, hagamos una crítica todos, incluso la dirigencia eclesial.
Reconozcamos que una amplia capa de dirigencia nacional vive a espaldas de la
mayoría y solo ve su propio interés", destacó.
Castillo aseguró que "nuestro
pueblo percibe que son pocos los que actúan con vocación de servicio" y que "percibe claramente que el
espíritu mafioso se ha apoderado de nuestros corazones, dejándose llevar por la
malsana tendencia mundial de la indiferencia egoísta y tirana que pretende
apoderarse del mundo, prescindiendo de los humildes y de los pobres,
considerándolos población sobrante".
"Apreciamos el despertar popular,
no intentemos manipularlo. Dejémonos regenerar por el espíritu humanizador y
por el espíritu de Dios que mora en nuestra condición de ser hijos de este
pueblo nacido de las entrañas misericordiosas de nuestras madres, que muchas
veces olvidamos y que es lo único que nos convierte en hermanos iguales los
unos de los otros", enfatizó.
Finalmente, Castillo se refirió a las
reformas que se vienen impulsando desde algunos poderes del Estado.
"Sabemos que en algunos poderes
públicos se están implementando reformas, pero en algunos funcionarios aún
permanece, sobre todo, el olvido de sus orígenes. Si es una gran ventaja que en
la mayoría de la dirigencia nacional tengamos personas de todas las provincias,
puede ser un gran peligro y riesgo que olvidemos nuestros valiosos orígenes y
no reconozcamos con realismo nuestros límites y graves errores", indicó.
"Toda nuestra diversidad humana es
para servir y hermanar, si no queremos autodestruirnos más vale aprender a
comprendernos para poder comprender mejor al pueblo tan diverso, con tantos
problemas, pero tan esperanzado", puntualizó.
Fuente: RPP.PE
No hay comentarios:
Publicar un comentario